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Planeación Financiera : hacer o no hacer he ahí el dilema.

Foto del escritor: Didio Pena InfanteDidio Pena Infante

Actualizado: 13 jul 2019




No es una pelea de boxeo, ni una comparación en el manejo del portafolio personal, es un argumento de vida de lo que se trata este blog.


Se le atribuye a Mr Buffett la frase “un tonto con un plan puede vencer a un genio sin él” y se le atribuye a Mr Tyson la frase “Todos tienen un plan hasta que reciben la primera trompada”


Pongamos esto en contexto. Soy un convencido de la Planeación Financiera, he dedicado los últimos 20 años de mi vida a este tema. Hoy a los 41 años, y luego de entrevistarme con casi 2000 personas (eso dice mi CRM) llego a la conclusión que en finanzas personales, ambos tienen la razón. Un plan habla de los procesos que implican la razón, pero la vida real, además habla de los procesos que implican las emociones. Por más estructurado y bien pensado que esté una estrategia, el futuro es incierto, y siempre saldrán nuevas situaciones que no tuvimos contempladas en el proceso de planeación.


Tenía claro como iba a desarrollar mi empresa de asesorías en finanzas personales, hasta que no ví una realización personal en lo que hacía, un mundo frio dónde el único valor que apreciaban la mayoría de clientes era la burda rentabilidad, un mundo dónde el dinero era la métrica que decía si las cosas estaban bien o no. No sabía que un día esta empresa que había creado ya no me llenaría el espíritu. ¿Crisis de los 40?, no sé, sólo sé que algo me tomó por sorpresa. Mis emociones. Decidí entonces despedir a más de 10 asesores, recomprar a mis socios y replantear mi negocio. Hoy solo, con Yoanita mi eficiente asistente, los números están lejos de lo que eran, pero mi espíritu esta pleno con mi nueva versión, y el nuevo enfoque de www.didiopenainfante.com.


Tomamos decisiones calculadas (idealmente) pero surgen situaciones que nos toman por sorpresa, una trompada diría el mejor boxeador de la historia. Contratamos el crédito hipotecario, pero nunca creímos que nos despedirían del trabajo que sustentaba el pago mensual. Empezamos un matrimonio y construimos patrimonio, sin saber que llegaría el momento en que el divorcio y sus consecuencias económicas llegarían a nuestra vida. Invertimos en el negocio de nuestro amigo, y resultó que no era la maravilla que nos planteo en el business plan. Invertimos en los créditos de libranza lejos de creer los vericuetos jurídicos y éticos que desaparecerían nuestros ahorros.


La Planeación Financiera debe ser un proceso que parta de conocernos a nosotros mismos, de entender que la incertidumbre es parte de la vida, que nada, nada está bajo nuestro control y que en el feroz mercado financiero todo el mundo está dando trompadas. Si nos conocemos, podemos prever nuestra reacción, podemos tener una mirada a los escenarios negativos y de como estos afectarán nuestra estabilidad financiera, pero sobretodo nuestra estabilidad emocional. ¿Para qué dinero, si no estamos tranquilos?¿para qué dinero, si sufrimos por él o a causa de él?.


La vida se crea a partir de cada instante, hoy somos lo que somos, realmente somos presente. La planeación nos permite orden, pero conocernos a nosotros mismos, tener claro el propósito de lo que hacemos y entender que la incertidumbre es parte de la vida misma, o mejor que es la vida misma, nos permite saber cómo reaccionaremos cuando el dulce se ponga a mordiscos. Invertir en nosotros, llenar de energía todo lo que hacemos con amor y sirviendo a la sociedad nos acerca a una vida plena y a unas finanzas sanas “esperar lo mejor, pero estar preparado para lo peor” debería ser un principio cuando esbozamos nuestras estrategias financieras.


La Planeación Financiera es un proceso que empieza por conocernos, ¿qué queremos? ¿qué nos hace sentir bien?, luego analizar las posibles estrategias que nos pueden llevar a ese objetivo de bienestar y luego actuar usando los vehículos financieros y de inversión que se ajusten. Podría decirse que las decisiones financieras deben pasar primero el filtro del espíritu, luego el de la mente, para de esta manera llevarlas en a la acción en el mundo material.

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