¿Cuántas veces nos pasa que cometemos el mismo error una y otra vez en el manejo de las finanzas personales?.
No vuelvo a llenar el cupo de mi tarjeta de crédito, este mes si hago el presupuesto, Este año salgo de deudas, este año busco un mejor trabajo, este año empiezo mi emprendimiento, etc etc.
Se ha preguntado ¿por qué si tenemos tan claros los comportamientos nocivos en el manejo de nuestras finanzas, nos es tan difícil cambiarlos y acoger hábitos saludables respecto a nuestra economía?
Desde hace un tiempo, se viene estudiando el impacto de las emociones en los procesos cognitivos; y las decisiones financieras son un laboratorio perfecto para estos estudios. El poder vinculante y emocional que tiene el dinero, hace que sea muy claro que cuando nuestras decisiones lo involucran, sea imposible dejar las emociones de lado. Esto le abre espacio a una nueva ciencia, que no es tan nueva en realidad, sino que ha tomado más interés desde que en el 2002 Daniel Kahneman se ganó el Premio Nobel de Economía, siendo psicólogo. Se lo ganó por sus estudios sobre el proceso de toma de decisiones en situaciones de incertidumbre. La cuasi - nueva, ciencia son las Neurofinanzas.
En un post de Instagram, hace unos meses me atreví a escribir “Mi situación financiera no es otra cosa que el reflejo de mi estado emocional”. Hubo comentarios a favor y comentarios en contra, claro, un post no permite elaborar mucho el concepto, pero después de muchos años entrevistándome con personas y familias, hablando de dinero y de finanzas, soy un convencido de que esto es verdad. Hoy estudio mas a profundidad las emociones, y me estoy formando en terapia Gestalt. Muchas son las situaciones que nos agobian y que no nos permiten vivir plenamente y de forma creativa, pero si tuviéramos que hacer un ranking de estas situaciones, sin lugar a dudas el dinero estaría dentro del top 3.
Al no vivir plenamente, al vivir angustiado y sin creatividad no hay mucha energía, y el dinero en realidad es energía, el dinero es la respuesta a un producto o un servicio, que se creo y se ofreció buscando suplir una necesidad, y en un mundo tan competitivo quién logra transmitir el valor de este producto o este servicio es quien en realidad cree apasionadamente en lo que hace, quien de manera creativa, busca soluciones e inventa productos, y logra comunicar su valor y al final, claro, vender.
Si soy una nube negra, si todo me duele, si culpo a todo y a todos por mi pobre realidad, difícilmente lograré transmitir el valor en lo que hago o lo que ofrezco, mis vibraciones serán bajas y la respuesta será negativa. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?, ¿Qué fue primero, la actitud o el dinero?. Si tengo un estado emocional sano, si entiendo que el mundo está lleno de posibilidades para mi, y de dificultades también, las que sorteo con tesón y ánimo, muy seguramente los demás verán esto. La energía positiva es como la miel, todo se le pega, la gente quiere rodearse de las personas optimistas que ven la vida como un juego al que no hay que pararle tantas bolas, que son espontáneas, que ríen ríen y que lloran lloran, pero que se levantan, se sacuden y para adelante.
Esas personas cuando ofrecen lo que hacen transmiten, realmente contagian, esas personas generan valor a la sociedad, y la sociedad en retorno entregan su esfuerzo, su propio valor generado anteriormente representado en un billete. La energía no se destruye, la energía se transforma, y la energía que le metemos a lo que hacemos se transforma en dinero.
Por esto, si mi estado emocional es precario, si estoy triste, piso el charco y me orina el gato, mejor, ese día quedarse en la casa con un litro de helado, viendo Netflix, pero si tengo el coraje, al otro día me trato con compasión, me doy un abrazo, un par de palmadas y salgo a comerme el mundo, a transmitir energía y a servir de la mejor manera entregando valor.
El dinero entonces para mi, debe concebirse de la mano de las emociones, sanar las heridas, reprogramar los preconceptos, mirar los miedos y asumir las responsabilidades, si como una terapia, como una dineroterapia. Conocerme, mirar los fantasmas que me persiguen y se disfrazan de emociones que no logro manejar, que muchas veces saltan desde el inconsciente, es fundamental para entender por que si desde la razón tengo claro lo que debo hacer con mis finanzas, no logro llevarlo a la acción. Conocerse a uno mismo, aprender a quererse con la luz que nos rodea, pero también con la sombra que nos agobia, es tal vez el primer paso y la mejor inversión para sanear nuestras finanzas, que en realidad no son otra cosa que el espejo de nuestros estados emocionales, de como asumimos la vida de como transformamos la energía divina que somos en la materia terrenal del necesario dinero, sirviendo al prójimo y generando valor a la sociedad en todo lo que hacemos.