Una vez, un muy querido amigo, sabio en cuestiones de dinero, prospero, me dijo algo a manera de chiste:
--- Didio, hay tres formas de hacer dinero: La primera es trabajando, la segunda es robando…
--- ¿Y la tercera?
---- Hombre, la tercera es “negociando” que es entre trabajando y robando.
Reímos a carcajadas, y el chiste quedó ahí. Sin embargo, hasta la fecha sigue dando vueltas en mi cabeza, esta inquietud que tenemos los seres humanos por conseguir dinero a toda costa.
Recibimos el mensaje de que el dinero es difícil de conseguir, de que hay que trabajar duro de sol a sol, que nada es fácil en la vida y que a nadie le dan nada regalado: “Te ganarás el pan con el sudor de tu frente”.
El séptimo mandamiento de la iglesia católica y presente en la mayoría de religiones de alguna manera, “no robarás”, nos presenta una norma moral de comportamiento que debemos cumplir a toda costa, si no queremos ser excluidos de la sociedad, perseguidos, castigados, apresados. Se adelanta al facilismo innato en nuestra naturaleza del “menor esfuerzo” y simplemente quitarle el pan al vecino.
Y aún así, el ser humano es un superviviente, hábil y creativo. Creatividad y habilidad que puede llevar a creer encontrar maneras de conseguir dinero, mucho dinero sin violar ninguna de estas dos normas sociales que lo castigarían socialmente convirtiéndolo en un paria.
Creo firmemente que la única forma verdadera y honesta de hacer dinero es crear un bien o un servicio que agregue valor a la sociedad, de tal manera, que esta me agradezca con la representación material del dinero.
Para agregarle valor a la sociedad se necesita creatividad, pero también se necesita desarrollar una capacidad estoica de comunicarlo, la capacidad de presentarlo a los demás. El valor no lo han vivido todavía, no lo han experimentado. Yo les estoy presentando una promesa, les estoy planteando unos beneficios que recibirán al momento futuro de consumir mi producto o servicio, les estoy haciendo una “Promesa de Valor”
¿Qué tanto creo en ese producto o servicio que estoy presentando?
¿Estoy seguro de que puede cambiar sustancialmente la calidad de vida de aquel quien lo compre?
¿Estoy dispuesto a arriesgarme en probar y equivocarme hasta conseguirlo?
¿Estoy dispuesto a invertir tiempo y dinero en darle forma a este producto o servicio?
¿Estoy dispuesto a confrontarme existencialmente y buscar sin descanso ese don divino que tengo y puedo encontrar maneras creativas de materializarlo para así poderlo transmitir?
Un producto o un servicio, cualquiera, son relativamente fáciles de vender. Cualquier persona que haya dominado las técnicas de la persuasión, el copywriting, la psicología del consumidor, las neuroventas, etc. lo podrá confirmar.
“Un buen vendedor le dice a uno lo que uno quiere oír”
¿Y que queremos oír?
Queremos ganar mucho dinero,
Con el menor esfuerzo posible,
En el menor tiempo posible,
Sin tener que asumir ningún tipo de riesgo.
Y así surgen, todas estas versiones de anunciantes de feria de pueblo modernos, influencers que venden la alquimia perfecta: Trabaja desde tu casa, un modelo comprobado, ingresos pasivos, 3 pasos para la libertad financiera. “Negociantes” que entre trabajando y robando presentan seductoras propuestas de valor, que terminan entregando fantasías y oropeles que enredan al mas inteligente.
“Ahora tienes que comprar el nivel 2” “El pase platinum plus” “Si no te ha funcionado es por que no lo deseas lo suficiente” “Falta que hagas el mentoring XYZ” nos perdemos entre lo que es realidad y lo que no lo es.
¿Qué no quieres oír?
No quieres oír tu llamado,
No quieres oír la necesidad de conocerte profundamente para encontrar ese valor que le puedes ofrecer a la sociedad,
No quieres arriesgarte a crear,
No quieres exponerte y presentar tu esencia en un producto o servicio,
No quieres invertir tiempo en algo incierto,
No confías en que tienes valor para entregar a la sociedad.
No crees que el trabajo duro y el gozo pleno de la vida hacen parte de la misma dinámica.
No estás dispuesto a perder con humildad y capitalizar el aprendizaje.
Elaboras fantasías catastróficas dominadas por el miedo:
No quieres arriesgarte a fracasar,
No quieres perseverar en una ilusión que podría no materializarse
No quieres vivir una situación devastadora, en dónde nadie perciba tu valor.
Las nuevas tecnologías han cambiado la forma de hacer negocios, la forma de trabajar, y es difícil diferenciar entre las actividades y los productos que generan valor realmente. Dropshipping, forex, redes de mercadeo, inbound marketing, email marketing, infobusiness, etc etc…
Muchas formas de hacer dinero, ¿Pero con cuales puedes crear un producto o servicio que cumplan una Promesa de Valor real, que venga construida creativamente desde tu propia esencia?
Invierte en ti, invierte en conocerte a ti mismo primero.
Creer
Crear
Comunicar
Compartir
Comprometerse
Cobrar
Cumplir
Celebrar
Todo esto es trabajar duro, pero a la vez es gozar plenamente la vida si se asume desde la consciencia.
Trabajar y vivir no son palabras diferentes, trabajar, vivir, prosperar todo hace parte de la misma dinámica.
La verdadera alquimia radica en encontrar la capacidad de movilizar nuestra energía esencial y materializarla en valor.
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